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A las 6 y pico

TRAGEDIA SIN CULPABLE (Sucedió el domingo)

TRAGEDIA SIN CULPABLE (Sucedió el domingo) -Cariño, me voy a cenar esta noche con los amigos.
-¿Con las amigos?
-Sí, con las amigos, celebramos el cumpleaños de Mario.
-Me parece bien, pero me creo con el derecho a saber, previamente, cuándo te vas y con quién vas, si no te importa. No es justo que me entere cinco minutos antes de tus cenas y compromisos, o supuestos compromisos.
-Voy con los amigos, cariño, con los amigos.
-Pero sucede que yo también tengo concertada esta noche una cena con las amigas, cariño, con las amigas.
-Tendrás que suspenderla, yo tampoco tenía conocimiento de tu compromiso, y un cumpleaños no se puede aplazar.
-Pongámonos de acuerdo y veamos quien se queda al cuidado de los niños. ¿Te parece bien?
-Me parece bien si te quedas tú, los amigos me esperan.
-Esto no puede quedar así, te lo advierto: si te vas esta noche dándome la espalda, cuando vuelvas, todo será humo, y no quedará ni señal de nuestro compromiso.
-¿Es una amenaza?
-Míralo como quieras, pero el contenido de mis palabras no deja lugar a dudas.

Se observa la falta de voluntad de acuerdo, la trasgresión de la libertad, la imposición del yo, el fracaso inminente.

El marido vuelve a otra mañana y su mujer no se encuentra en casa: ha desaparecido, llevándose con ella sus dos hijos de corta edad. Empieza para la pareja un vía crucis de sufrimiento, de huída y persecución que puede tener desastrosas consecuencias, especialmente para los hijos. Y si apelemos al sentido común, veremos que por una cena se prende fuego a la estructura de un edificio que prometía ser la sede de la felicidad y el joyero de un juramento de amor eterno, “hasta que la muerte nos separe”.

¿Por qué cuando la responsabilidad suele ser más apremiante es cuando se hace dejación de ella y recurrimos a la bravuconada, tratando de demostrar al otro quién lleva los pantalones?

La libertad tutelada, la libertad juiciosamente convenida y acorde con las exigencias de cada momento, nos puede llevar a descubrir nuevos valores en el matrimonio; mientras que si la ejerce cada cual a su libre albedrío, podemos terminar siendo esclavos de nuestras propias sospechas y, entonces, dejaremos de ser libres.

5 comentarios

Goreño -

Se supone que es una sucesión de hechos que llevan al desenlace final. Pero al fin llega cuando no hay oden ni concierto en una pareja. Gracias, pisana. Saludos

white -

Supongo que un matrimonio no se rompe sólo por eso, puede ser la mecha que encienda la pira anteriormente formada.
Saluditos paisano, un placer leerte.

Goreño -

Gracias, amigo, siempre aprendo algo de tus comentarios. La verdad es que este esbozo de rexto sólo pretende ser el reflejo exacto de lo que aconteció a un amigo la semana pasada. Y como yo soy realista y cronista, ni quito ni pongo, ni entro en el abstracto. Saludos.

Malsapo -

Ah!, se me olvidaba, el muñeco de nieve me da miedo, fijo ke hoy tengo pesadillas en que me saluda sin parar de sonreir.

MalSapo -

snif, snif, sigo el rastro, snif, por aqui han pasado las letras del Goreño, aun no me flaquea el olfato. Curiosa la manera en que le das la vuelta al texto para pasar de un dialogo a una reflexión, pena que a mi las reflexiones morales no me acaben...De igual manera siempre me gusa leerte, considero que es una de las mejores maneras de llegar a conocer y entender la mente de una persona.Saludos